Colorido y animado, Curaçao tiene muchas historias que contar. La isla es un destino turístico muy popular durante todo el año gracias a su clima, pues allí siempre es verano y el azul de sus aguas marinas ofrece una forma maravillosa de refrescarse. Todo esto, junto con sus hermosas playas, hacen de este lugar un destino perfecto para toda la familia, aunque para aquellos que prefieren viajar solos también, faltaría más.

Más que un hermoso destino, Curaçao es una nación en movimiento. Un lugar donde se generan inolvidables recuerdos y donde lugareños y visitantes construyen sobre historias pasadas las suyas propias, disfrutando cada día que pasa más que el anterior. Esto es lo que hace que Curaçao se mantenga viva.

La isla de Curaçao tiene un pasado interesante y complejo que sólo se conoce al sumergirse en su historia y patrimonio. Pero lo que hace que sea una isla sorprendente, colorida y animada es su presente. Museos, fortalezas, galerías, casas de campo y otros sitios históricos se encargan del pasado.

Una de las cosas que más sorprende es su arquitectura, un marcado estilo colonial pintado con los vivos colores del Caribe, destacando la hermosa ciudad de Willemstad.

Posee un clima perfecto para disfrutar de su naturaleza. Conoceras animales tropicales, aves llenas de color, peces sorprendentes y criaturas increíbles. Muy famosa por su aloe vera y muchas otras hierbas curativas.

Lo que no te debes perder

• Por supuesto disfrutar de sus playas. Casi todas las playas de Curaçao están diseminadas a lo largo de la costa sur de la isla.

• Dar un paseo por la capital Willemstad, disfrutar de su colorida arquitectura.

• Descubrir el fondo marino con el Aquafari, un scooter sumergible que te hará disfrutar de un safari subacuático.

• Visitar las cuevas y disfrutar sus paisajes en buggy.

• Visita la sinagoga Mikvé Israel-Emanuel, forma parte de la designación de la UNESCO, y es la sinagoga más antigua de América, activa desde 1732.

• Disfruta del mercadillo nocturno de Willemstad todos los jueves del año